Hoy volví a tropezar por causalidad
con esa foto de la que nos reímos hace días. Esa que cuando miro me
dan ganas de achucharte de nuevo. Esa foto tuya de pequeño en la que
no miras a cámara, porque tu madre, antes de correr esas cortinas
del fotomatón que separan la realidad de la ficción se le olvidó
ajustar la altura del taburete e indicarte dónde debías mirar. Esa
en la que tu mirada está perdida y sonríes de lado. Como ahora
sigues haciendo a veces tras las cortinas que separan tu realidad de
mi ficción.
A veces todos somos esos niños a los
que la vida nos parece como un taburete a los que le falta un par de
vueltas para estar a la altura.
A veces todos como esos niños que no
sabemos dónde mirar porque hemos perdido el objetivo.A veces todos miramos con ganas a los
niños que sonreís de lado y os mordéis el labio. De esos niños
que se acercan a mi y me siento dichoso, porque de ellos sí que será
el Reino de mis Cielos.
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