domingo, 10 de marzo de 2013

Ecléctico, ateo y apóstata, solo tengo un Dios: Almodóvar; y una religión: Eurovisión. Imaginen la que "me cae" cada vez que vivimos un evento relacionado con uno y/u otro! Como si fuera yo responsable, por otro lado, de ambas empresas. 
Lo de Almódovar es curioso. Y cómico. Cada estreno veo/leo/oigo/aguanto a las mismas personas que acuden a ver la película sólo para decir que al manchego se la ido la olla. Lejos de defender las excentricidades de un genio que no necesita defensa alguna, ¿no es posible que la olla se les haya ido a ellos, que a pesar de no gustarle el cine de Pedro -un género en sí mismo, previsible y reconocible - vuelven una y otra vez arrastrados por una especie de "síndrome Carlos Boyero"? ¡Con el dineral que cuesta ya una entrada! 19 películas lleva el hombre, igual deberían ir asumiendo un par de cosas:
1._ No son de visionado obligatorio (aunque debería serlo por ley); 
2._ Es de un comportamiento absurdo y contradictorio digno de algunos de los personajes de la película que tanto critican. 
Es como ir a todos los estrenos de Steven Seagal para salir diciendo "qué violencia, qué de tiros, no aporta nada..." o esperar que Sandra Bullock deje de hacer de ella (Adoro "Miss Agente Especial", vale?).
¿De la peli? ya hablaré otro día.   

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